Guillem Vilà
El blanco ilumina
‘El blanc il·lumina’ de Lluís Vilà, nueva exposición en l’Espai Eat Art de Banyoles

La Fundación Lluís Coromina presenta El blanco ilumina, una muestra de esculturas del artista catalán Lluís Vilà. La exposición, que se inaugurará el próximo martes 5 de abril a las 19 h en el Espai Eat Art de Banyoles y contará con la presencia de Lluís Coromina y Ricard Planas, presidente y director de la Fundación, se podrá visitar hasta el sábado 30 de abril.
La muestra El blanco ilumina se centra en la serie de esculturas Nautes de Lluís Vilà, un conjunto de figuras antropomorfas que incorporan un elemento recurrente a lo largo de la trayectoria del artista: el pan, símbolo de nuestra civilización. Los Nautes son piezas escultóricas en forma de personajes que se enfrentan a lo desconocido, con una mezcla de conciencia e inconsciencia marcada por una curiosidad sin límites. El blanco ilumina es un viaje hacia la humanidad, con un conjunto de esculturas únicas, algunas de ellas con ramas y referencias a la naturaleza, en las que se explicita al ser humano como parte de un todo.
La exposición se podrá visitar del martes 5 al sábado 30 de abril en el Espai Eat Art de Banyoles en los siguientes horarios: viernes de 17 ha 20:30 h; sábados de 10:30 ha 13:30 hy de 17 ha 20:30 h, y domingos de 10:30 ha 20:30 h.
Lluís Vilà
Lluís Vilà i Vendrell fue un artista catalán con una amplia trayectoria en pintura, escultura y diseño. Inició su actividad artística a principios de los años 70 y, desde sus inicios hasta mediados de los años 80, trabajó en el campo de la investigación y la instalación dentro de las corrientes conceptuales del eat art y el arte fungible. Con el paso del tiempo, dejó atrás las referencias directas a los elementos comestibles y, sin perder su esencia, empezó a trabajar con nuevos materiales como el hierro y la pintura sobre papel. En esta nueva etapa, se interesó por el envoltorio de la comida en conserva, es decir, las latas, y presentó diversas esculturas con hierro y sin volumen, que fueron presentadas en la Sala Vinçon de Barcelona (1990) y en la Sala Tránsito de Madrid (1991).
Una constante en su obra es la utilización de materiales fungibles, así como su crítica dirigida a la sociedad de consumo, que quedó perfectamente reflejada en la exposición Àlef (1996), trabajo en el que utilizó su propia sangre como pintura y que se presentó en la galería Alter Ego de Barcelona. A partir de ese momento, integra su propio lenguaje pictórico y escultórico y crea diversas series de esculturas como Navegantes (1995-1997), Contraris (1995) o Logos (2001). Uno de los trabajos más recientes es Nautes (2006), una obra que se acerca cada vez más al arte conceptual y en la que el artista reflexiona con un tono irónico, paradójico y crítico a través de esculturas y pinturas de cuerpo infantil que renuncian a su iconografía del cuerpo habitual.