top of page

VOLCÁN  CROSCAT

La instalación Clàstics fue una participación del artista Lluís Vilà en la remodelación del volcán, invitado a participar por los ingenieros que realizaron la execución global de remodelación del Croscat, situado en la zona volcánica de la Garrotxa. Consta de un total de 329 metros de planchas metálicas oxidadas que cubren los muros de contención y de un sugerente conjunto escultórico de 20 metros, recorrido conceptual hecho con iconos, alimentos y grafías de recóndita simbología: diez episodios que muestran el diálogo entre hombre y naturaleza. Muchas veces, más allá de la reflexión pragmática, la interpretación del sitio proporciona una de las claves fundamentales del discurso, ya que es la propia geología escultórica del Croscat -consecuencia de la violación sistemática cometida durante los años de su explotación- la que inspiró a Vilà para esta instalación. Según el mismo autor "esta enorme masa en sí es una de las mejores lecciones de escultura que he recibido, además, a un nivel enérgico, experimentaba la sensación de vitalidad para la creatividad presente en la naturaleza y por el perfecto equilibrio que goza esta. Así pues, pienso en la lucha continua del hombre para conseguir este equilibrio. Es imprescindible que tome ejemplo de ella para poder encontrar la libertad y la creatividad individual".

Si bien su participación consistía en dejar evidenciar su "gesto" en el aspecto final de la obra, Vilà tuvo desde los inicios del proyecto y durante su desarrollo, la ocasión de poder plantear y sugerir, siempre desde de su propio lenguaje artístico, su punto de vista sobre proporciones, materiales y cromatismos. El significado de la palabra clásticos (formado por fragmentos) es la base conceptual del diseño histórico y estético de la instalación, en la que Vilà despliega sus grafías ilegibles sobre unas planchas de acero, como si fueran pizarras para una "no-lectura" desde la provisionalidad de la existencia humana. Una vez más la ironía, uno de los rasgos más característicos de Vilà, vuelve a fluir. La elección de tres elementos de gran fuerza y carga simbólica quedan fosilizados en integrarlos en los relieves de las planchas de acero: el pan, símbolo de la naturaleza, aspecto astrológico de Saturno que representa el tiempo, el hambre que devora la vida y consume todas las creaciones; la piedra, símbolo del ser, para lo cual Vilà eligió unos fragmentos de lava expulsada y los fundió en acero -así, la mano del hombre da la vuelta al proceso y los devuelve a su origen-; y finalmente, el árbol, símbolo de la realidad absoluta y de la tradición - un trozo de rama de cerezo puede representar los deseos terrenales, esperando que surja la necesidad urgente de establecer un diálogo de relación.

El Volcán Croscat, de tipo estromboliano monogénico, es el más alto de la península Ibérica (180m). También es el último que entró en erupción (9500 años aC), por lo que conjuga utilidad didáctica y turística, su estado de conservación geológica es notable, exceptuando sus vertientes norte y noroeste. Se encuentra en pleno corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, declarado Reserva Natural en 1982 por su originalidad geológica y científica de primer orden. El proyecto de restauración lo realizaron Martirià Figueras y Joan Font, ingenieros agrícolas especializados en paisagimso e impacto ambiental, respectivamente.

 

Mar Requena

Del libro LANSCAPE ART, de la colección

World of enviromental design

Editorial ARCO

bottom of page